Las palabras han estado siempre ahí. Lo interesante en este caso es el significado que han adquirido y cómo han pasado casi en un abrir y cerrar de ojos, de la más absoluta inadvertencia a nuestro lenguaje más cotidiano.

En ese mismo abrir y cerrar de ojos, perdimos nuestra libertad de decidir qué hacer, con quién y cuándo. ¡Y qué afortunados los que sólo perdimos la libertad! Hay quienes han perdido su salud, sus seres queridos, su trabajo o todo a la vez.

La pandemia llegó y, de un día para otro, dejamos atrás nuestra rutina y comenzamos a experimentar una montaña rusa de emociones. Intensas todas ellas, cómo no. 

Así que, para que este recuerdo (que ahora habita en nuestra memoria) pueda llegar a la mente de los que vienen detrás, redactamos en forma de glosario algunos conceptos clave para entender el impacto de lo vivido y el momento en el que todavía nos encontramos.

APRENDIZAJE o ADAPTACIÓN: El ser humano tiene capacidades increíbles. El fin último, es la supervivencia. Para sobrevivir hay que adaptarse, para adaptarse hay que desaprender lo que hacíamos de cierta manera hasta el momento. Hemos aprendido a trabajar de otras formas, a relacionarnos sin estar juntos, a valorar mucho más todo lo que tenemos, a vivir mucho más en el presente y a un ritmo menos frenético.

CONFINAMIENTO: Nos queda en un recuerdo lejano, pero hasta los primeros paseos, estuvimos más de sesenta días literalmente encerrados. Hemos tenido que hacer de todo para intentar salir airosos, desde un “Gaibiel Directo” hasta convertirnos en maestros reposteros, pasando (de vez en cuando y con mucha pereza) por sesiones interminables de gym virtual.

CORONAVIRUS: Nos sonaba a chino (nunca mejor dicho) hasta que llegó aquí. De hecho, ha sido la palabra más buscada en internet de la historia. Técnicamente conocido por COVID-19, (y popularmente como enemigo invisible) ha cambiado el mundo entero, desde grandes países hasta pueblos como el nuestro. Esta enfermedad infecciosa entró sin llamar y por el momento, sigue presente poniéndonos a prueba como sociedad. Con la responsabilidad social lo mantenemos a raya, pero ojalá que encuentren ya la vacuna para erradicarlo por completo.

DESESCALADA: Vaya palabra. ¿Hay que desescalar de algún sitio? ¿Bajar de alguna cima? El país se descompone en las conocidas fases, no sin antes llevarnos alguna decepción de última hora y alargarse todo un poco más. Poco a poco las ciudades se abren, los negocios, los lugares de ocio y las carreteras comienzan a estar mucho más transitadas. Los saludos se convierten en auténticas rarezas, nos chocamos los antebrazos o hacemos amago de abrazarnos. Con algunos, nos besamos. Empezamos a retomar nuestra vida social.

DISTANCIA SOCIAL: ¿Nos estáis pidiendo que mantengamos un metro y medio con nuestros familiares y amigos después de dos meses sin vernos? Estáis de broma, ¿no? 

¿Distancia física o social? Porque podemos estar físicamente lejos pero más unidos que nunca o podemos estar pegados y no encontrarnos. Esta distancia nos cuesta mucho de mantener y parece que amenaza algo que nos es muy intrínseco a nuestro marcado carácter latino de tocar y abrazar tanto y tan fuerte.

ESTADO DE ALARMA: Estado en el que no puedes subir a la azotea de tu casa ni a respirar. Estado en el que oyes ambulancias, policía y helicópteros por el día, y aplausos por la noche. Estado de shock, miedo y rabia. Estado que deseamos que no vuelva jamás ni aquí ni en ningún otro lugar.

INCERTIDUMBRE: Nuestra nueva compañera de viaje, aunque, por su culpa, ya no planeamos ninguno más allá de un mes vista. El futuro es incierto y no sabemos qué pasará durante las próximas semanas o meses.

MASCARILLA: Elemento básico para protegerte y proteger a los demás de un posible contagio del virus. Hay quien se la hace con papel del WC, con diseños modernos o con bufandas, hay quien sale de casa sin ella (y le toca volver) y quien se la pone por debajo de la nariz como si entonces, sirviera de algo. Sea como sea, es nuestro nuevo complemento para la temporada primavera/verano. ¡El regalo perfecto en estos momentos!

MIEDO: Todos hemos sentido el miedo en mayor o menor medida. Hay quien todavía lo siente, y es normal. Las personas mayores se ven más vulnerables, y es admirable como aún así, sois tremendamente valientes e intentáis recuperar la normalidad. El miedo nos protege y nos hace ser cautos, pero en exceso, nos paraliza y nos incapacita. Como siempre, el equilibrio es la clave: tratemos de seguir con nuestras vidas manteniendo las medidas de seguridad recomendadas. 

NUEVA NORMALIDAD: Se parece bastante a lo de antes pero con mascarilla y sin muchos planes de futuro ni festejos en nuestro querido pueblo. ¿La vieja normalidad a partir de ahora será sólo un recuerdo? Esperemos que llegue el momento de tachar la palabra nueva para volver a la pasada normalidad.

Seguramente en unos años, todas estas palabras caerán en el olvido, puede que las recordemos en un mero tono anecdótico, pero como sociedad no podremos olvidar jamás lo vivido, pues supone un antes y un después. En Gaibiel por supuesto, quedará marcado para siempre y, especialmente, por ese sentimiento común y tan entrañable de familia que se quiere y que se apoya en la distancia. Sin duda, nos ha mantenido unidos ante tal adversidad y nos ha levantado el ánimo cada día.

¡Juntos somos más fuertes, y todo pasará!

Sara Benlloch Bueno

Psicóloga General SanitariaCV13937

Soy especialista en terapia psicológica y de salud y estaré encantada de acompañarte en tu proceso de cambio y desarrollo personal. Me adapto siempre a tus necesidades ofreciéndote tratamientos de calidad para que consigas bienestar emocional y mejores tu calidad de vida en el menor tiempo posible.

Contacta conmigo para encontrar hoy mismo la mejor manera de ayudarte

Deja un comentario