Seguro que ya has sentido la frustrante experiencia de sentarte alrededor de una mesa con tu familia, amigos o conocidos y, a pesar de la cercanía física, sentir el enorme dolor que la hiper-conexión virtual genera en nuestras relaciones. Todos juntos pero callados, sin apenas mirarse. Todos conectados a través de la red. Todos con la pantalla de sus móviles tapando la realidad de las caras que les rodean.

Es urgente que reflexionemos hasta qué punto hemos llegado. Nos interrumpimos continuamente unos a otros con el uso indiscriminado de nuestros móviles. Hay personas que no pueden aguantar ni un minuto sin contestar al whatsapp (sin importancia ni urgencia la mayor parte de las veces) e interrumpen nuestra conversación para ello. Es algo irrespetuoso que se ha convertido en lo más normal del mundo.

Las tecnologías nos ayudan y nos aportan comodidad. Además, nos facilitan mucho el estar conectados a las personas de cualquier parte, cualquier día y a cualquier hora.

Pero como ya sabemos, los excesos no son buenos. Un uso moderado nos aporta ventajas, desde luego. Lo cierto es que, son muy pocos los que controlan este uso y rápidamente exceden la línea entre moderado y excesivo, provocando consecuencias negativas.

El quid de la cuestión se encuentra en el hecho de que las posibilidades de uso son tan ilimitadas (es decir, no hay restricciones de horarios ni de tiempo de uso) que hasta los horarios laborales han “desaparecido” y son muchos los que continúan trabajando desde su móvil a cualquier hora. Es precisamente esta falta de límites de la que se caracteriza el uso del móvil y la tecnología la que está, cada vez con mayor incidencia, provocando adicciones a la tecnología, ansiedad y estrés, sensación de agobio o de estar controlado o imágenes irreales de vidas que parecen no tener problemas (bloggeras), entre otros.

Para evitar que este tema siga convirtiéndose en algo enormemente preocupante, es necesario alertar a la sociedad y hacer visible este incipiente problema. Sólo con ser conscientes podemos hacer cambios tales como tratar de dar prioridad a la persona que tenemos delante en vez de al móvil, pues las relaciones sociales “en directo” son mucho más fructíferas que las que encontramos en las redes sociales por la autenticidad y realidad de las emociones y experiencias y porque la comunicación es mucho más completa y fluida.

¡La vida es lo que ocurre mientras tu estás conectado a tu móvil!

Tú puedes elegir y decidir desconectarte para disfrutar del maravilloso mundo y de las personas que te rodean.

Sara Benlloch Bueno

Psicóloga General SanitariaCV13937

Soy especialista en terapia psicológica y de salud y estaré encantada de acompañarte en tu proceso de cambio y desarrollo personal. Me adapto siempre a tus necesidades ofreciéndote tratamientos de calidad para que consigas bienestar emocional y mejores tu calidad de vida en el menor tiempo posible.

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